El IVA «por lo percibido» puede ser un paliativo temporario ante una posible crisis económico-financiera. Si la cuarentena se prolonga, se va resentir la cadena de pagos: nadie cobra y nadie paga. Los privilegiados que tienen reservas tiran mientras les duren.

El IVA hoy se liquida por lo devengado, o sea facturás y generás el débito fiscal, no importa si cobras o no tenés que pagar la posición mensual, que surge de restar a ese débito el crédito fiscal por compras y pagos a cuenta.

Si no cobraste a tus clientes, no vas a tener plata para pagar la posición sin endeudarte o utilizar las decrecientes reservas, si sos afortunado de tenerlas.

Si el IVA pasa a lo percibido, el débito fiscal se genera en el mes que cobraste tu facturas y el crédito en el que pagaste las compras.

Podrías  tener la plata para pagar la posición mensual.

Con el sistema actual, si se resiente la cadena de pagos, se estimularía la postergación de la emision de la facturación o directamente el no realizarla.

Sabemos que es una propuesta disruptiva y de difícil implementación,  que alguna vez se barajó, pero puede ser una alternativa que permita lograr un equilibrio entre la necesidad de recaudar  y las posibilidades reales de pagar de la gente.